domingo, 23 de noviembre de 2014

DIETAS/OBESIDAD: Dieta macrobiótica.

   Esta dieta es de origen japonés y se basa en el equilibrio físico y emocional a través de la nutrición, Se ve más como una filosofía de vida basada en el equilibrio del yin y el yang.
Su propósito es dividir los alimentos en dos grupos: los alimentos yang y los alimentos ying
  • ALIMENTOS YANG: Su energía es caliente, tonificante y contractiva. Son los cereales, las legumbres, el pescado, la carne, la sal, etc.
  • ALIMENTOS YIN: Su energía es fría, dispersante y debilitante. Son el azúcar, la miel, los lácteos, las frutas, el tomate, la berenjena, la remolacha y el alcohol.
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   En esta dieta no se incluyen productos refinados como el azúcar blanco, el pan blanco, los embutidos, la carne, los dulces industriales, las bebidas alcohólicas y las bebidas industriales.
   Además la dieta macrobiótica adecua a cada persona, a cada estación del año y a cada país. Introduce como parte del menú diario las algas marinas y los cereales ingeridos deben ser integrales. También une a la dieta remedios naturales como el shiatsu, que nos acerca a la medicina natural.
   Se trata por tanto de una dieta vegetariana ecológica y está basada en alimentos naturales y de consumo diario que han de ser masticados alrededor de 50 veces.
   Los grandes pilares de la dieta macrobiótica son los cereales de origen biológico e integrales (arroz, cebada, maíz y trigo) que pueden ser presentados de forma hervida, guisada, e sopas y tartas. Otros alimentos básicos son la soja, las algas marinas, los aceites vegetales y las verduras y hortalizas. Estas han de ser de temporada y deben ser cultivadas en la zona de residencia, lo cual supone un gran esfuerzo económico para aquel que sigue la dieta macrobiótica, ya que el precio de estos productos suele ser más del doble.
   Pese a que este régimen alimenticio estipula que han de evitarse al máximo las proteínas de origen animal, la ingesta de pescados, pollo, carne magra, huevos y lácteos está permitida de manera ocasional aunque han de ser cocinados solo con sal marina y según los principios de esta dieta: en recipientes de barro o acero inoxidable y removidos con cucharas de madera. En esta dieta el café no es recomendable y se aconseja tomar té natural procedente de China o Japón.
   Sin embargo, esta dieta no parece ser una alternativa saludable ya que conlleva serias carencias nutricionales si se sigue de manera estricta. En casos muy extremos, los seguidores de esta filosofía oriental llegan a ingerir únicamente cereales integrales. Esto puede provocar escorbuto, anemia, hipocalcemia y alterar la función de los riñones o el hígado.
   En definitiva, esta dieta es una adaptación de las tradiciones culinarias de Extremo Oriente, donde medicina, alimentación y espiritualidad se manifiestan imbricadas.
   Asimismo, Michio Kushi, padre de la macrobiótica moderna y autor de "El libro del diagnóstico oriental, advierte de que hay estudios  científicos que evidencian que la población que sigue una dieta macrobiótica no va al hospital, no tiene cáncer ni enfermedades infecciosas o cardiovasculares y no se mete en conflictos bélicos. Su fundador, George Ohsawa, divulga que la macrobiótica, además de hacer que las personas sean más saludables, les convierte en mejores individuos a nivel social.
 





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